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El poder ejecutivo de la UE ha estado trabajando en un nuevo paquete de sanciones que podrían incluir un embargo gradual sobre el petróleo ruso.

Eslovaquia y Hungría aseguraron este martes que no apoyarán las sanciones energéticas contra Rusia que la Unión Europea está preparando como consecuencia de la guerra en Ucrania, alegando que dependen demasiado del suministro ruso y que no existe alternativas viables inmediatas.

El poder ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, ha estado trabajando en un nuevo paquete de sanciones que podrían incluir un embargo gradual sobre el petróleo ruso. Es probable que la plenaria comience a discutirlas esta semana, pero podrían pasar varios días antes de que las medidas sean aprobadas y puestas en marcha.

El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, expresó mediante un mensaje publicado en la red social Twitter que la comisión pretende castigar a una mayor cantidad de bancos rusos, señalar a los acusados ​​de difundir desinformación sobre la guerra y “abordar las importaciones de petróleo”. Hasta el momento, no está claro si Eslovaquia y Hungría recibirían exenciones.

El ministro de Economía eslovaco, Richard Sulik, explicó en una rueda de prensa que la empresa de energía nacional, Slovnaft, no puede sustitHuuir inmediatamente el petróleo ruso por uno proveniente de otras fuentes. En su opinión, esta medida requeriría un cambio tecnológico que podría tomar años, por lo que pedirán “una exención”.

Eslovaquia depende casi por completo del petróleo ruso que recibe a través del oleoducto Druzhba, construido durante la era soviética. Hungría, por su parte, también sufre de una fuerte dependencia.

El canciller húngaro, Peter Szijjarto, puntualizó que su gobierno no votará a favor de cualquier medida “que dificulte el tráfico de gas natural o petróleo desde Rusia hacia Hungría”.

“Las cosas son muy simples: no dejaremos que el suministro energético de Hungría esté en peligro porque no permitiremos que los húngaros tengan que sufrir por esta guerra” enfatizó Szijjarto. “En estos momentos, Hungría no puede funcionar sin el suministro petrolero ruso”.

Esta situación ha conducido a que diversos gobiernos occidentales señalen al primer ministro húngaro, Viktor Orban, como un aliado de Putin. Orban, quien fue recientemente reelecto, ha estrechado lazos con Rusia, algo que se ratifica con el hecho de que el 85 % del gas de Hungría y más del 60 % de su petróleo provengan de Rusia.

A pesar del desacuerdo entre los miembros de la Unión Europea sobre las nuevas sanciones energéticas, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, prometió “romper la maquinaria de guerra rusa” mediante la desconexión de los países del bloque continental del suministro de gas natural de Rusia.

El bloque ha dado pasos hacia la independencia de la energía rusa mediante la importación de gas natural licuado de otros importantes productores como Argelia, Qatar y Estados Unidos.