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El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, describió como un ataque que “huele a terrorismo”.

Al menos seis personas han perdido la vida y otras 81 han resultado heridas como consecuencia de una gran explosión ocurrida el domingo en una concurrida calle del centro de Estambul, en un hecho que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, describió como un ataque que “huele a terrorismo”.

Centenares de personas salieron despavoridas de la histórica avenida Istiklal justo después de la explosión, mientras los cuerpos de seguridad y de apagafuegos se aproximaban al área. El área, que forma parte de un distrito turístico, se encontraba abarrotada con compradores, turistas y familias.

A pocas horas del incidente, el vicepresidente Fuat Oktay se apersonó en el sitio para ofrecer el balance oficial de muertos y heridos, y aprovechó la ocasión para asegurar que las responsabilidades del hecho se establecerían “muy pronto”.

Cabe destacar que, en los últimos años, Estambul y otras ciudades turcas han sido blanco de ataques por parte de grupos separatistas kurdos y militantes islamistas, sobre todo entre los años 2015 y 2016.

“Los intentos de derrotar a Turquía y su pueblo mediante acciones terroristas están condenados a fracasar”, expresó el presidente Erdogan en una conferencia de prensa antes de partir hacia Indonesia para la cumbre del G20.

“Nuestro pueblo puede estar seguro de que los responsables serán castigados como debe ser”, añadió el mandatario.

De acuerdo con el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, una mujer fue vista sentada en un banco durante casi una hora antes de alejarse del sitio del suceso, lo que podría sugerir que el artefacto explosivo estaba programado o fue detonado a distancia.

Algunos testigos detallaron que las personas se quedaron paralizadas por la detonación.

“Cuando escuché la explosión, tanto yo como los que estaban a mi alrededor nos quedamos inmóviles. Luego, empezó la huida”, comentó un trabajador de un establecimiento comercial cercano a la zona de la explosión.

De confirmarse que se trató de un ataque terrorista, sería el primer gran atentado en Estambul en varios años.

En diciembre de 2016, dos bombas estallaron en las afueras de un estadio de fútbol de Estambul, matando a 38 personas e hiriendo a 155, en un ataque que fue reivindicado por el brazo extremista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que es designado como grupo terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.

Los mensajes de condena al acto y de condolencias por las víctimas no tardaron en llegar desde diversas partes del mundo, incluyendo a Grecia, Egipto, Ucrania, Gran Bretaña, Azerbaiyán, Italia o Pakistán.