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El individuo cometió el acto tuvo que ser internado en un centro de salud por haber sufrido quemaduras en todo su cuerpo.

Un hombre aún por identificar se prendió fuego en las inmediaciones de la oficina del primer ministro japonés en Tokio, en lo que aparentemente fue un acto de protesta por los planes del gobierno de celebrar un funeral de estado para el ex primer ministro Shinzo Abe, reseñan reportes de prensa desde Japón.

La cadena televisiva TV Asahi aseguró que el individuo cometió el acto la madrugada del miércoles, y tuvo que ser internado en un centro de salud por haber sufrido quemaduras en todo su cuerpo. Un oficial de policía que intentó sofocar el fuego también resultó herido.

Según medios locales, la policía recibió una llamada alrededor de la siete de la mañana en la que se informaba que un hombre estaba “envuelto en llamas”. Cerca del sujeto se encontró una carta en la que se manifestaba el rechazo al funeral de estado para Abe.

Abe, el primer ministro de Japón con más años de servicio, fue asesinado mientras realizaba un acto de campaña el pasado 8 de julio. El próximo martes 27 de septiembre se llevará a cabo un funeral de estado financiado con fondos públicos en Tokio, en el que se espera la asistencia de más de 6.000 personas, tanto de Japón como del extranjero.

No obstante, la decisión no ha estado exenta de polémica. Encuestas recientes muestran que más de la mitad del público está en contra del evento.

Grupos opositores al Partido Liberal Democrático (PLD), al cual pertenecía Abe, han afirmado que dicha organización política tiene vínculos con la controvertida Iglesia de la Unificación. El hombre que disparó contra el ex primer ministro dijo que esta iglesia llevó a la bancarrota a su madre sospechaba que Abe pertenecía a ella.

La Iglesia de la Unificación se fundó en Corea del Sur en la década de 1950 y, a principios de este mes, el PLD reveló que casi la mitad de sus 379 legisladores mantenían algún tipo de relación con este grupo religioso que algunos califican como secta.

Si bien el público japonés se mostraba ligeramente a favor de un funeral de estado en el momento en que se anunció, poco después de la muerte de Abe, la opinión en los últimos días ha cambiado drásticamente, lo que representa un revés para el actual primer ministro, Fumio Kishida.

Una encuesta realizada este fin de semana mostró que la popularidad de Kishida se ubica en alrededor del 29 por ciento, seis puntos porcentuales menos que a finales de agosto. Expertos opinan que este escaso margen de apoyo podría causarle muchas dificultades a Kishida para llevar a cabo su agenda gubernamental.

Una de las principales razones por las cuales los japoneses manifiestan su desacuerdo con el funeral de estado para Abe estriba en los costos que este evento pueda representar para los ciudadanos comunes en un contexto económico nacional delicado.

Según sus últimas estimaciones, el gobierno espera gastar 1650 millones de yenes (11,5 millones de dólares) en el evento en el Budokan de Tokio, un gran recinto para conciertos y eventos deportivos.