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La selección de Japón derrotó el martes por la noche a su similar de Estados Unidos.

La selección de Japón derrotó el martes por la noche a su similar de Estados Unidos con un marcador de tres carreras a dos y de esta forma conquistar el Clásico Mundial de Béisbol 2023 que se llevó a cabo en la ciudad de Miami.

La novena asiática, que estuvo invicta a lo largo de todo el torneo, ahora cuenta en su vitrina con tres trofeos: San Diego 2006, Los Ángeles 2009 y Miami 2023. Hasta el día de hoy sigue siendo la única nación en ganar múltiples torneos, aunque el equipo estadounidense se les habría unido de haber obtenido la victoria.

Los norteamericanos tomaron una ventaja temprana, cuando el campocorto de los Filis, Trea Turner, conectó un jonrón solitario en el segundo inning para ponerlos arriba 1-0.

No obstante, la ventaja del conjunto de las barras y las estrellas no se mantendría por mucho tiempo. El tercera base japonés Munetaka Murakami, quien bateó la impresionante cifra de 56 jonrones la temporada pasada y que fue el responsable de la carrera ganadora del juego contra México el lunes pasado, conectó su propio jonrón solitario en la tercera entrada para igualar el marcador.

Más tarde, Japón se pondría 2-1 arriba en la pizarra gracias al campocorto Lars Nootbaar. Posteriormente, ampliarían la ventaja a 3-1 con otro jonrón solitario, esta vez del primera base Kazuma Okamoto.

Para cerrar el juego, el mánager japonés, Hideki Kuriyama, recurrió a dos potentes ases que hacen vida en las Grandes Ligas. El lanzador derecho de los Padres de San Diego, Yu Darvish, fue el primero en subir a la lomita en el octavo inning. En su momento tuvo algunas dificultades, concediendo un largo jonrón al jardinero de los Filis, Kyle Schwarber, que colocaría el encuentro 3-2. Darvish concedió un hit a Turner, pero logró finalizar la entrada.

No obstante, en el noveno episodio, la estrella de los Angelinos, Shohei Ohtani, cuya disponibilidad para el torneo había estado en entredicho, tomó las riendas del pitcheo. Concedió una base por bolas a Jeff McNeil, y luego forzó un doble play a Mookie Betts para así preparar el terreno para el enfrentamiento que gran parte de la fanaticada estaba esperando, contra su compañero de equipo Mike Trout. Ambos jugadores son considerados, tanto por fanáticos como expertos, como los dos mejores jugadores del mundo.

Ohtani y Trout sostuvieron una lucha hasta llegar al conteo completo, con Ohtani asegurando un par de strikes en rectas de hasta 100 millas por hora. Sin embargo, el lanzador japonés se impondría al ponchar a Trout con un slider perfecto, asegurando el final del juego y del torneo.