Missile
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Un potente ataque ruso con misiles dejó cinco muertos y decenas de heridos en la ciudad portuaria ucraniana de Odesa, justo en el momento en el que el presidente Volodymyr Zelenskiy y el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, se encontraban de visita en la urbe. Según fuentes locales, las explosiones se registraron a poco menos de doscientos metros del lugar donde se reunían ambos mandatarios.

“Pudimos escuchar el sonido de sirenas y explosiones cerca de donde nos encontrábamos”, aseguró Mitsotakis, quien agregó que “no hubo tiempo para buscar un refugio. Fue algo bastante intenso”.

Pocas horas después, en el marco de una reunión de dirigentes conservadores en la capital rumana, Bucarest, el líder griego hizo énfasis en la importancia de seguir respaldando a Kiev en su lucha.

“No nos dejaremos intimidar, continuaremos apoyando a Ucrania el tiempo que sea necesario. Seguiremos unidos”, expresó. “Lo que vivimos fue el mejor recordatorio de que estamos ante una guerra real”, añadió.

Zelenskiy, por su parte, declaró que a los soldados rusos “no les importa si los ataques se producen sobre ​​militares, civiles o incluso invitados internacionales. No les importa”.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que el bombardeo tuvo lugar en un hangar portuario en el cual “se estaban alistando barcos no tripulados para su uso en combate por parte del ejército ucraniano”.

Las reacciones de indignación por parte de las potencias occidentales no se hicieron esperar. Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, tachó el bombardeo como “un nuevo intento de generar terror” por parte del Kremlin; mientras que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, lo describió como “otra muestra de las cobardes tácticas de Rusia”.

Asimismo, desde Washington comentaron que esta acción por parte del ejército ruso demuestra la necesidad de continuar suministrando asistencia militar a Kiev, que en estos momentos atraviesa por una aguda escasez de armamento debido principalmente a los retrasos causados por las constantes trabas de los republicanos del Senado a los paquetes de ayuda.

“Este ataque nos recuerda una vez más cómo Rusia continúa bombardeando a Ucrania todos los días de manera imprudente”, declaró un portavoz del consejo de seguridad nacional de Estados Unidos.

Cabe destacar que este último bombardeo ocurrió a pocos días de un incidente en el que perdieron la vida 12 personas, entre ellas cinco niños, cuando un dron de fabricación rusa golpeó un bloque de apartamentos en la misma ciudad de Odesa, convirtiéndose en uno de los ataques contra civiles más mortíferos de los últimos meses.