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Los agentes encargados de resguardar el edificio del Congreso admitieron haber sido tomados por sorpresa debido a la falta de información de inteligencia.

Durante la primera audiencia en el Senado en relación con los incidentes del 6 de enero, los agentes encargados de resguardar el edificio del Congreso admitieron haber sido tomados por sorpresa debido a la falta de información de inteligencia.


Los agentes de seguridad del Capitolio debieron declarar ante el Comité de Seguridad Nacional y al de Asuntos Gubernamentales del Senado estadounidense este martes en relación con el asalto al congreso que fue convocado por los seguidores del expresidente Donald Trump a causa de los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, en las que resultó electo Joe Biden.

Los testimonios de los agentes dejaron en evidencia la falta de preparación del personal de seguridad, quienes fueron superados en número por los atacantes, que estaban armados y, además, actuaron de forma coordinada.

Steven Sund, exjefe de policía del Capitolio, afirmó en sus declaraciones que la escena del 6 de enero era como “nada” antes visto en sus 30 años de experiencia. “Cuando el grupo llegó al perímetro, no actuó como ningún grupo de manifestantes que yo haya visto”, aseguró.

Asimismo, señalaron que se clasíficó como remota o improbable la amenaza de la manifestación del 6 de enero, aun cuando grupos extremista como Proud Boys habían asegurado en sus declaraciones que se dirigían a Washington. En relación con esto, Sund mencionó: “Estos criminales venían preparados para la guerra”.

Una de las fallas importantes dentro de este hecho ha sido la ausencia de información de inteligencia. Ninguna entidad, incluyendo al FBI, aportó información que indicase que habría un ataque violento y coordinado contra el Capitolio de Estados Unidos por parte de un grupo de insurrectos armados, de acuerdo con Sund. Por tal motivo, la policía del Congreso fue superada en número frente a la turba violenta.

Sund, por su parte, renunció a su puesto tras los disturbios, que dejaron cinco fallecidos, entre ellos un oficial de policía. Poco después, dos agentes se suicidaron. Paul Irving y Michael Stenger, sargentos a cargo de la Cámara de Representantes y seguridad del Senado, respectivamente, también renunciaron a sus cargos.

Irving, durante la audiencia, también destacó la falla por cuanto a la falta de información, a la vez que saló que los datos de inteligencia no apuntaban hacia un ataque coordinado contra el Capitolio y esta posibilidad tampoco fue mencionada en ninguna de las discusiones entre agencias a las que asistió los días previos al hecho.

Por otro lado, Robert Contee, comandante interino de la policía de Washington, habló sobre lo que representó haber estado en medio de la toma del Capitolio. El agente aseguró que los oficiales estaban luchando por sus vidas y que quedó “atónito” ante la reticencia del Departamento del Ejercito de enviar efectivos de la Guardia Nacional para proteger el Congreso.