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El presidente Cyril Ramaphosa anunció, mediante un discurso a la nación pronunciado el jueves, que la medida entraría en vigor de inmediato.

El gobierno de Sudáfrica ha declarado estado nacional de emergencia en medio de la peor serie de apagones escalonados en la historia del país, mientras se redoblan los esfuerzos para eliminar las trabas administrativas que impiden el suministro de energía fuera del monopolio de la compañía privada Eskom, la cual atraviesa por severas dificultades financieras.

El presidente Cyril Ramaphosa anunció, mediante un discurso a la nación pronunciado el jueves, que la medida entraría en vigor de inmediato. Asimismo, advirtió que los cortes de energía que han afectado diariamente a la nación más industrializada de África desde hace meses constituían “una importante amenaza para nuestra economía y nuestra sociedad.”

Eskom se ha visto forzada a suspender el suministro de electricidad por lapsos de hasta 10 horas por día para evitar el colapso de las viejas centrales termoeléctricas a carbón, las cuales son el sostén fundamental de la red eléctrica de Sudáfrica.

Esta situación pone en jaque a Ramaphosa y a su partido, el Congreso Nacional Africano, de cara a las elecciones nacionales del próximo año. El descontento de la población ha aumentado significativamente mientras las fábricas se paralizan, los cultivos se marchitan por falta de irrigación y en los hogares sufren para conservar los alimentos sin refrigeración.

“Nuestra prioridad es reducir drásticamente la severidad de los cortes de energía a lo largo de los próximos meses”, dijo Ramaphosa. Asimismo, ofreció apoyo gubernamental a Eskom, que dada su situación económica no posee los fondos necesarios para el mantenimiento de las instalaciones eléctricas y que, además, tiene que luchar contra el saqueo de las mismas.

El gobierno central ya ha dado importantes pasos para elevar la producción de energía privada independiente de Eskom, pero los expertos señalan que los frutos de estas medidas podrían tardar años en verse.

De acuerdo con el mandatario sudafricano, la declaración de emergencia “nos permitirá eximir de la desconexión de carga a infraestructuras críticas como hospitales y plantas de tratamiento de agua”. De igual forma, señaló que su gestión también sería capaz de “acelerar los proyectos de energía y limitar los requisitos regulatorios”.

Por su parte, la principal facción opositora del país, la Alianza Democrática, se mostró en desacuerdo con el decreto de Ramaphosa y señaló que solo serviría para “abusar de los procesos de adquisición y emitir regulaciones sin sentido que no tienen nada que ver con la crisis de la electricidad”.

El presidente también informó que nombraría un ministro de electricidad cuya responsabilidad consistiría en “asumir la supervisión de todos los aspectos de la respuesta a la crisis eléctrica”.

Sin embargo, según Ramaphosa, Eskom permanecería bajo el control del ministro del gabinete que supervisa las empresas estatales. No obstante, no ofreció detalles acerca de cómo trabajaría el ministro de electricidad, cuyo nombramiento sigue pendiente, junto con el ministro de energía, que controla la adquisición de energía por parte del estado.