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Moon Bin, miembro de la popular banda de K-Pop Astro, fue encontrado muerto en su casa en el sur de Seúl la noche del miércoles. El cantante y bailarín tenía 25 años.

El sello musical Fantagio confirmó el fallecimiento este jueves mediante un comunicado de prensa en el que aseguró que el artista “nos dejó repentinamente para convertirse en una estrella en el cielo”.

“Los integrantes de Astro, así como los trabajadores y ejecutivos de Fantagio, que durante mucho tiempo han trabajado juntos, están profundamente enlutados por esta muerte”, añade el escrito, que también describe a Moon Bin como alguien que “siempre amó y pensó en los fanáticos como ningún otro”.

La policía del distrito de Gangnam informó que es probable que Moon Bin haya decidido suicidarse. “Hasta ahora no se ha encontrado ningún signo sospechoso relacionado con este caso”, afirmó un portavoz a la cadena estadounidense CNN.

Las redes sociales no tardaron en llenarse de mensajes de condolencia por la muerte de la celebridad que, de confirmarse la hipótesis del suicidio, se convertiría así en un ejemplo más de las fuertes presiones a las que a menudo son sometidos los artistas en la duramente competitiva industria del entretenimiento coreana.

En Twitter, la etiqueta #moonbin fue rápidamente convertida en tendencia mundial con más de dos millones y medio de tuits en diversos idiomas, desde el inglés hasta el tailandés.

Moon Bin debutó como actor infantil en 2009 en el popular drama televisivo de la Korean Broadcasting System (KBS, por sus siglas en inglés), “Boys Over Flowers”. La producción fue muy aclamada en su momento y su fama la llevó a ser traducida en diversos idiomas alrededor del mundo, causando sensación en zonas como el sudeste asiático.

Muchos íconos del K-Pop comienzan sus carreras en plena adolescencia, siguiendo un riguroso entrenamiento en canto, baile y actuación que puede durar años antes de que tengan la oportunidad de debutar con su primera canción.

Debido a esto, muchos de ellos son sometidos a una intensa presión por parte de sus manejadores, lo cual ha desembocado en una ola de problemas de salud mental dentro de la industria.

Es importante destacar que Corea del Sur posee actualmente una de las tasas de suicidio juvenil más altas del mundo. Tan solo en 2021, se registraron 26 suicidios por cada 100.000 personas, y aunque la tasa general nacional ha disminuido paulatinamente, la cifra está aumentando entre los jóvenes veinteañeros, de acuerdo con el Ministerio de Salud y Bienestar.