Trees
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De acuerdo con un estudio publicado esta semana en la revista Nature, las hojas de algunos árboles en zonas tropicales de América del Sur y el sudeste de Asia han alcanzado temperaturas tan elevadas que ya no pueden cumplir con sus tareas fotosintéticas, lo cual podría tener consecuencias catastróficas para los bosques a nivel mundial.

El proceso de fotosíntesis comienza a fallar cuando la temperatura de las hojas de los árboles supera los 46 grados centígrados, según la investigación. Para llegar a tales conclusiones, los científicos utilizaron datos de temperatura transmitidos desde sensores térmicos satelitales en la Estación Espacial Internacional, los cuales fueron contrastados con experimentos en el terreno, para lo cual los investigadores tuvieron que trepar hasta la copa de los árboles y colocar cuidadosamente varios sensores térmicos.

Según Christopher Doughty, autor del artículo y profesor de la Universidad del Norte de Arizona, su trabajo se enfocó en medir la temperatura máxima, en lugar de la temperatura promedio, descubriendo así que la mayoría de las hojas alcanzaban unos 34 grados centígrados, aunque algunas de ellas podían superar los 40 grados.

Doughty y su equipo encontraron que aproximadamente el 0.01% de las hojas estudiadas superaban el límite de temperatura crítico para realizar la fotosíntesis, lo que podría repercutir en la muerte de la hoja y, en consecuencia, del árbol.

No obstante, aunque este porcentaje pueda parecer pequeño, es probable que comience a aumentar a medida que el calentamiento global se incrementa, poniendo en riesgo la existencia de los bosques tropicales del mundo, que cubren aproximadamente el 12% de la superficie terrestre y albergan más de la mitad de las especies del mundo.

“Podríamos ver todo tipo de reacciones de carácter global una vez que se empiecen a perder porciones de bosque, incluso si estas son tan diminutas como las hojas de los árboles”, expresó Doughty en una conversación con la prensa.

Por su parte, Christopher Still, profesor de la Universidad Estatal de Oregón, indicó que el informe de Doughty y su equipo podría dar pie a una mejor comprensión de cómo los árboles se están viendo afectados por el calentamiento global.

“Este documento nos revela que no solo debemos hablar de sequía, sino que también debemos preocuparnos por las temperaturas que alcanzan las hojas”, asegura Still. “Yo me concentraría más en lo que genera estas condiciones de temperaturas altas en las hojas, la frecuencia en la que esto sucede y cuánto tiempo dura”, agrega.

Los autores del estudio afirman que, a pesar de lo alarmante que pueda parecer, la investigación también brinda una oportunidad para conocer cómo los bosques reaccionarán al cambio climático.

“Lo que hemos detectado es similar a un canario en una mina de carbón”, indica Joshua Fisher, profesor de la Universidad Chapman y coautor del informe. “Siempre será mejor poder detectar algo antes de que sea demasiado tarde”.