Fires
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La mañana de este jueves, una multitud enardecida irrumpió en la embajada de Suecia en Irak, destruyendo e incendiando las instalaciones, en un nuevo episodio de violencia causado por las diversas demostraciones en contra del islam que han tenido lugar en territorio sueco en las últimas semanas. Hasta ahora, todo el personal diplomático se encuentra a salvo.

La manifestación fue organizada por los partidarios del influyente clérigo Muqtada al-Sadr como medida de protesta por la convocatoria a una segunda quema de un ejemplar del Corán frente a la embajada iraquí en Estocolmo, prevista para esta semana.

La embajada de Finlandia en Irak, ubicada cerca de la de Suecia, confirmó que tanto el personal finlandés como el sueco fueron evacuados preventivamente el miércoles, por lo que nadie ha resultado herido o secuestrado.

Con relación a este incidente, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, expresó su profundo rechazo y enfatizó la importancia de la libertad de protesta como parte esencial de la democracia.

“Lo ocurrido no es más que un acto ilegal de violencia”, aseguró Miller en un comunicado de prensa. “Las misiones extranjeras no deben ser objeto de violencia”, añadió.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irak también condenó enérgicamente lo sucedido y anunció la apertura de una investigación.

“El gobierno de Irak ha ordenado a los cuerpos de seguridad que realicen una investigación urgente y tomen las medidas necesarias para esclarecer el incidente e identificar a los autores de este acto, con el fin de que respondan ante la ley”, expresó el despacho mediante un comunicado.

No obstante, horas después, el gobierno iraquí anunció la expulsión del embajador de Suecia y el retiro del encargado de negocios iraquí en Estocolmo, luego de que las autoridades del país escandinavo anunciaran la autorización de una nueva concentración para quemar un ejemplar del Corán.

El impasse entre los dos países surge de la acción llevada a cabo por Salwan Momika, un refugiado iraquí, quien incineró varias páginas del Corán frente a la mezquita más importante de la capital sueca el pasado 28 de junio. Este incidente también provocó que seguidores de al-Sadr asaltasen por primera vez la embajada de Suecia en Bagdad al día siguiente.

En ese momento, los gobiernos de varios países musulmanes, como Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania o Marruecos, emitieron notas de protesta, mientras que Irak continúa gestionando la extradición de Momika para que sea juzgado en el país.