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China lleva semanas advirtiendo a Pelosi que desistiera de su visita a la isla.

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en la capital de Taiwán, Taipei, este martes por la noche (hora local), dando inicio a una controvertida visita que ya había causado aún más tensión en la ya deteriorada relación entre Beijing y Washington.

El gigante asiático lleva semanas advirtiendo a Pelosi que desistiera de su visita a la isla, que Beijing considera una provincia de China, pero que se considera a sí misma una nación independiente.

Hua Chunying, viceministro de Asuntos Exteriores de China, publicó en su cuenta en la red social Twitter el arribo de Pelosi a Taiwán representa una “gran provocación política”.

El mismo martes se pudo conocer que China impuso nuevas prohibiciones a la importación de más de 100 productos taiwaneses, en un esfuerzo por hacer pagar rápidamente a Taipei por recibir a la funcionaria estadounidense.

De igual manera, el ejército chino decidió hacer demostraciones de fuerza al realizar ejercicios con fuego real durante todo el fin de semana, a solo 80 millas de Taiwán.

Horas antes de la llegada de Pelosi, el Ejército Popular de Liberación de China desplegó aviones de combate en el Estrecho de Taiwán, muy cerca del territorio insular.

Para los analistas políticos y militares, las decisiones de China no son ninguna sorpresa.

En palabras de Andrew Mertha, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados John Hopkins, esta demostración de músculo de Beijing “es algo que deben hacer”, aunque aclara que sí le impresionaría “si Beijing hace algo físicamente amenazante de manera significativa”.

“Lo que probablemente suceda es algún tipo de acción posterior para demostrar que China tiene el poder de hacer algo si así lo desea”, acotó.

A fines de este año, se espera que el líder chino Xi Jinping comience un tercer mandato sin precedentes como líder del Partido Comunista Chino, por lo que algunos analistas aseguran que tiene la imperiosa necesidad de consolidar el apoyo público y el poder dentro de su partido, para lo cual la correcta gestión del ámbito geopolítico resulta crucial.

Por otra parte, el enfoque de la Casa Blanca hacia China ha consistido en procurar una relación estable y predecible con el que hasta el momento es el mayor socio comercial de Estados Unidos, al tiempo que sostiene que Washington y Beijing son adversarios estratégicos.

Oficialmente, la administración de Biden mostró una postura ambigua con respecto a la decisión de Pelosi de visitar Taiwán, aunque extraoficialmente diversos reportes señalan que la Casa Blanca y el Pentágono consideraban que no era el momento adecuado para tal acción.