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Legisladores israelíes han aprobado la primera parte de un plan del gobierno para limitar el alcance del poder judicial del país este lunes, a pesar de las constantes protestas de la población y de las advertencias de su principal socio político y militar, Estados Unidos.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien fue hospitalizado la semana pasada para implantarle un marcapasos, se ha mantenido firme con sus planes para la reforma del sistema judicial incluso cuando la presión de las protestas callejeras parece incrementarse.

Según Netanyahu y sus partidarios, esta reforma es necesaria para reestructurar el equilibrio de poder entre los tribunales, el parlamento y el gobierno. Sin embargo, la oposición ha calificado la acción como un “golpe de estado” y alegan que Israel estaría en camino a convertirse en una dictadura al eliminar o suavizar los controles sobre el gobierno.

Al conocerse la noticia, una multitud de personas ocupó el área alrededor del parlamento israelí, la Knesset, donde fueron recibidos por la policía con cañones de agua de la policía y un cercado de alambres que bloqueaba el acceso al edificio. Al menos 12 manifestantes habrían sido arrestados a lo largo de la tarde del lunes, según funcionarios policiales.

Cabe destacar que Netanyahu se ha negado a ceder en su posición a pesar de las advertencias del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien considera que la aprobación de la reforma implicaría la erosión de las instituciones democráticas y podría provocar un distanciamiento entre Estados Unidos e Israel. Esta es una postura inusual, ya que el país norteamericano es, con mucha diferencia, el aliado más importante de Israel.

“Considerando todos los desafíos que Israel enfrenta en este momento, creo que los dirigentes israelíes no deben apresurarse en este tema; deben enfocarse en unir a la población y buscar un consenso”, expresó Biden en un comunicado.

El presidente estadounidense también le habría manifestado su preocupación directamente a Netanyahu mediante una llamada telefónica ocurrida la semana pasada, y le habría dejado en claro su postura sobre las implicaciones de aprobar la reforma.

La votación en la Knesset de este lunes estuvo relacionada con el llamado Proyecto de Ley de Razonabilidad, el cual estipula la eliminación de la potestad de la Corte Suprema de declarar irrazonables las decisiones del gobierno.

Otros elementos de la reforma incluyen un mayor control del gobierno sobre el nombramiento de jueces y la eliminación de la figura de los asesores legales independientes de los ministerios del gobierno.