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OFGEM anunció este viernes que aumentará sus tarifas para el consumidor promedio a 3.549 libras.

El regulador de energía de Gran Bretaña (OFGEM, por sus siglas en inglés) anunció este viernes que aumentará sus tarifas para el consumidor promedio a 3.549 libras (4.197 dólares).

Este tope de precios limita el cargo estándar que los proveedores de energía pueden facturar a los clientes domésticos por su factura combinada de electricidad y gas en Inglaterra, Escocia y Gales.

La medida afectará a un total de 24 millones de hogares. Asimismo, los 4.5 millones de hogares con planes de prepago se enfrentan a un aumento de 2.017 a 3.608 libras.

No obstante, Irlanda del Norte quedará fuera del alcance de la norma, ya que los proveedores en este país pueden aumentar los precios en cualquier momento debido a que tienen un regulador diferente.

Los precios del gas se han disparado a niveles récord durante el último año, ya que la demanda se ha intensificado en Europa debido a los bajos niveles de almacenamiento de gas y a una caída en las importaciones desde Rusia debido al conflicto armado en Ucrania. Esto, naturalmente, también ha aumentado los precios de la electricidad.

A principios de este mes, la OFGEM anunció que recalcularía el tope cada tres meses en lugar de cada seis meses con el fin de ajustarse a los movimientos del mercado.

La situación se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los políticos. Por ejemplo, los candidatos Liz Truss y Rishi Sunak han hablado de la necesidad de brindar apoyo adicional a los hogares y las empresas, pero dijeron que era posible anunciar ninguna decisión sino hasta después de la elección del nuevo primer ministro el próximo 5 de septiembre.

En un evento que tuvo lugar la noche del jueves, Sunak dijo que brindaría más “apoyo financiero directo” a los grupos vulnerables. Truss, por su parte, afirma que su intención es utilizar recortes de impuestos para reducir la presión sobre los hogares, revirtiendo el reciente aumento en el impuesto al seguro nacional y eliminando el impuesto a las energías renovables.

Cabe destacar que no solo Inglaterra sufre una crisis del gas. Varios gobiernos europeos han estado elaborando sus propios paquetes de apoyo para los ciudadanos.

Francia, por ejemplo, nacionalizó por completo al proveedor de energía EDF a un costo estimado de 9.700 millones de euros (unos 9.800 millones de dólares) y limitó los aumentos de las tarifas eléctricas al 4%.

Mientras tanto, Italia y España han utilizado impuestos sobre las ganancias extraordinarias para financiar una combinación de donaciones para los hogares necesitados y han establecido límites a las facturas que aumentan a niveles inasequibles.