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El precio del indicador holandés TTF se incrementó en un 19% el lunes.

El precio del gas natural en Europa sufrió un nuevo incremento este lunes, luego de que el gigante energético estatal de Rusia, Gazprom, anunciara el cierre por un período de tres días del gasoducto Nord Stream 1, la infraestructura de gas más grande de Europa. La medida se hará efectiva a finales del presente mes.

Los trabajos de mantenimiento no programados en el gasoducto, que parte desde Rusia y llega hasta Alemania a través del mar Báltico, mantienen en vilo al continente europeo y exacerban tanto el riesgo de una recesión económica como el de una severa escasez invernal.

El precio del indicador holandés TTF, un punto de referencia en Europa para el comercio de gas natural, se incrementó en un 19% el lunes para llegar a 291.5 euros (291.9 dólares) por megavatio hora. Cabe destacar que el marcador cerró el viernes en un máximo histórico de 244.55 euros por megavatio hora.

Gazprom dijo el viernes que el cierre temporal se debe a que el único compresor restante de la tubería necesita mantenimientos preventivos. Los flujos de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 se suspenderán durante el período que va desde el 31 de agosto hasta el 2 de septiembre.

El gigante gasístico aseguró dijo el servicio se reanudaría a un ritmo de 33 millones de metros cúbicos por día una vez culminen las labores, aunque advirtió que esto se daría “siempre y cuando no se identifiquen fallas”.

El anuncio del cierre temporal se produce cuando los gobiernos de la Unión Europea realizan esfuerzos para hacer crecer sus reservas de gas con el fin de tener suficiente combustible para mantener los hogares calientes durante los próximos meses de invierno.

Rusia ha reducido drásticamente el suministro de gas natural a Europa en las últimas semanas, con flujos que actualmente representan solo un 20% del volumen acordado. Moscú ha responsabilizado de esta situación a los equipos defectuosos y a los retrasos en la entrega de repuestos. ​​

Sin embargo, países como Alemania consideran que el corte del suministro es una maniobra política diseñada para sembrar incertidumbre en todo el bloque y aumentar los precios de la energía en medio operación militar rusa en Ucrania.

Hasta hace poco, la economía más grande de Europa compraba más de la mitad de su gas a Rusia. Pero ahora el gobierno del canciller Olaf Scholz se ha visto obligado a emprender una carrera contrarreloj para asegurar sus reservas ante los temores por un posible cierre completo del grifo por parte de la administración de Vladimir Putin.