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Evergrande, una de las inmobiliarias más grandes de China, finalmente ha admitido que se encuentra en una situación desesperada.

A principios de esta semana advirtió que es posible que no pueda cumplir con el pago de sus deudas, que suman la astronómica cifra de 300 mil millones de dólares en pasivos totales, si no puede encontrar la manera de adquirir recursos rápidamente. Si esto se llegase a dar, podría poner en la cuerda floja a todo el sistema bancario y financiero chino.  Asimismo, debido a esta situación, el grupo decidió suspender temporalmente sus labores en algunos proyectos con el fin de ahorrar efectivo, lo cual también amenazaría seriamente la salud del sector inmobiliario de China.

Naturalmente, los inversores se encuentran seriamente preocupados ante este panorama. Por ejemplo, las acciones de Evergrande en Hong Kong bajaron un 72% este año. Para establecer una comparación, esto es visiblemente peor que la caída del 29% sufrida por el gigante tecnológico Alibaba, que ha estado el ojo del gobierno chino debido a una serie de medidas impulsadas por la administración de Xi Jinping que buscan frenar a los grandes monopolios tecnológicos.

Los bonos de Evergrande también están bajo una enorme presión, al igual que su división de vehículos eléctricos, que ha sido clasificada por el sitio especializado Bloomberg como la acción de peor desempeño de todo el planeta.

Cabe destacar que la deuda en el sector inmobiliario de China ha representado un riesgo constante para el sistema financiero del país asiático desde hace ya algún tiempo. Y, por supuesto, Evergrande es uno de los consorcios más endeudados de China. Por ejemplo, posee 37 mil millones de dólares en préstamos que vencen dentro de apenas un año.

En caso de que Evergrande incurra en incumplimiento, como ya se ha mencionado, esto representaría un duro golpe desestabilizador no solo para el mercado local, sino también para el global, en un momento en el que la economía mundial se ha visto seriamente afectada por la pandemia de COVID-19.

No obstante, aunque para algunos economistas no es un hecho, sí consideran que es muy probable que Pekín decida intervenir intervenga para suavizar el golpe.

Por ejemplo, Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, opina que, a pesar de que el alto mando chino es “reacio” brindar ayuda a empresas en riesgo, en este caso estarían meditando una intervención como medida para evitar males mayores.

“El liderazgo de China se muestra normalmente reacio a ofrecer un rescate a compañías como Evergrande, debido al deseo de sancionar el comportamiento imprudente de los empresarios privados y desmontar paulatinamente la inversión especulativa en propiedades”, escribió Pritchard en un boletín informativo a sus clientes. “Pero dado el tamaño y el rol sistémico de la empresa, los funcionarios intervendrían para tratar de garantizar una reestructuración ordenada en caso de incumplimiento”, aseguró.