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La inflación en Turquía se ubicó el pasado mes de mayo en un impresionante 73.5 % interanual, su nivel más alto en 23 años, mientras el país lidia con los crecientes costos de los alimentos y la energía, así como con la poco ortodoxa política monetaria del presidente Recep Tayyip Erdogan.

Los precios de los alimentos en el país de 84 millones de habitantes aumentaron un 91.6 % interanual, según la oficina estadística nacional, lo que refleja las duras condiciones que tienen que soportar los consumidores habituales a medida que los problemas de la cadena de suministro, el aumento de los costos de la energía y la guerra de Rusia en Ucrania alimentan la inflación mundial.

En los últimos años, Turquía ha gozado de altos niveles de crecimiento, pero Erdogan se ha negado reiteradamente a aumentar las tasas para enfriar la inflación resultante. Esto ha traído como consecuencia la imparable caída de la lira turca y un menor poder adquisitivo para la población en general.

A pesar de esta situación, Erdogan exhortó al banco central a continuar recortando las tasas de interés, algo que los gerentes del organismo no veían con buenos ojos. Por esta razón, hasta mediados de 2021, el banco central de Turquía había tenido cuatro gerentes diferentes en dos años.

El mandatario turco se ha fijado como objetivo la creación de un nuevo modelo económico que priorizara las exportaciones gracias a una lira más barata para luego abordar la inflación y el déficit comercial de larga data de Turquía. No obstante, ahora con los altos costos de la energía, que el país debe pagar en dólares, están minando las bases de la economía.

Por su parte, los analistas económicos aseguran que la situación solo puede empeorar en el futuro cercano.

En declaraciones a la cadena estadounidense CNBC, Ehsan Khoman, de MUFG Bank, afirma que es muy probable que la inflación en el país euroasiático “se mantenga por encima del 70% anual hasta noviembre debido a la confluencia de diversos factores como los altos costos de las materias primas, el aumento de los precios de los productos nacionales y la depreciación de la lira”.

Por su parte, Holger Zschapitz, experto económico del diario Die Welt de Alemania, expresó mediante un mensaje en su cuenta en la red social Twiter que “la estrategia poco ortodoxa de Erdogan para gestionar una economía de 790.000 millones de dólares sigue siendo contraproducente”.

La cifra del 73.5 % del índice de precios al consumidor de Turquía es superior al 70 % del mes anterior (abril).